domingo, 25 de octubre de 2009

Quizá haya entorpecido mis pasos con recelo una y otra vez, y no haya escuchado la calma de la que quería beber.
Puede que tenga miedo de lo que veo inevitable, quizá tenga miedo de dormirme y renacer.
Cuantas noches había soñado poder volver a creer, cuantas tardes y amaneceres me había sorprendido sin piel....
Es demasiado pronto para que sea tarde, es demasiado fervor y demasiado miedo.
Pero a pesar de todo sigo caminando a paso ciego, sigo sonriendo cuando lo pienso.
Queda sabido y descubierto que me gusta abrir los ojos cuando todos duermen y abrigar al alba con mis sábanas de plumas y seda.
Me gusta sentir el cielo en mi espalda, abrazar estrellas antes de caer en la cuenta que puedo acabar fulminada.
Me ha encantado oler madera, aprender con calma que hay laberintos que tienen fin. Me ha salvado poder ser débil algunas veces, y ver lo que deseo con los ojos.. escuchar como ha caído esa desesperada y acosadora hiel.
Yo si he soñado con que estaba durmiendo, y he deseado seguir soñando por dentro.
Ojalá no haya trabas en mi camino, y siga siendo quien siempre he conocido.
Y la verdad, es que tienen razón los que dicen saber que todos nos volvemos locos alguna vez.